Procter & Gamble es considerado un gigante de la innovación abierta, algunos van más allá y lo califican como el campeón de la innovación abierta. Sus esfuerzos en este campo se remontan al 2000, año en que lanzaba su portal Connect & Develop; hoy en día más del 35% de las nuevas ideas provienen de fuentes externas.
Pringles Print es un ejemplo de cómo incorporar ideas externas de forma exitosa. Esta nueva línea, llevaría impresa en cada papa frita una imagen, chiste, trivia, datos o diseño. La idea surgió en 2002 durante una tormenta de ideas en la que se buscaba hacer más divertidos a los snacks. Y si bien la idea tuvo gran aceptación desde un principio, su implementación resultó un desafío más grande de lo que se suponía.
Los científicos de la compañía pronto se dieron cuenta que cada impresión debía estar hecha al momento que la papa frita sale de la freidora, cuando la temperatura y la humedad son todavía altos. Por si esto fuera poco, debía ser posible imprimir miles de papas fritas por minuto, que cada impresión sea nítida y que la tinta cumpla con los requisitos de seguridad alimentaria.
Para enfrentar este nuevo reto, fue necesario un enfoque innovador. En lugar de buscar un fabricante de impresoras para que desarrolle el equipo que P&G necesitaba, se optó por armar una presentación con el desafío y los problemas que debían ser resueltos y se la hizo circular por la vasta red de socios y proveedores de P&G.
La solución al desafío provino de una panadería en Bologna, Italia dirigida por un profesor universitario que a su vez diseñaba equipos para panadería. Este ya había encontrado una solución para imprimir sobre panes, tortas, galletas. Hicieron falta unos pequeños ajustes para adaptarla a los requisitos de P&G y el producto estaba en el mercado en menos de un año.
Este nuevo enfoque permitió a P&G ahorra esfuerzos y costos, así como reducir drásticamente el tiempo para que el producto salga al mercado.
